martes, 31 de agosto de 2010

QUERIDO CAÍN, QUERIDO NICOLÁS. PARTIDAS DE AJEDREZ CONTRA EL MAL.

¿Cómo desvelar el misterio de la maldad infantil? ¿Puede un adolescente jugar a su antojo con sus seres más queridos como si de un maestro de ajedrez se tratase? ¿Puede implicar a todos aquellos que conoce en su malévolo juego? Con estas tres preguntas os presento a Nicolás, un adolescente con cierta tendencia a causar daño a los demás, ya sea físico o psicológico, sin importar que sea una mosca, su perro o... la lectura os descubrirá al resto de peones en el tablero.

Como siempre: me dejé llevar por la portada. Pero en el caso de hoy , tengo que añadir que el título me conmovió. Le tengo especial aprecio al nombre de Caín (un día de estos os explicaré la razón), así que no pude contenerme y lo compré.
Las primeras páginas me impactaron. Al principio pensé que ese atisbo de maldad se quedaría en eso, en un pequeña muestra. Pero Nicolás tiene mucho que ofrecer y su catálogo no hace más que empezar maltratando a una mosca. La cosa no queda aquí, y con todo su ingenio (o mal genio, según se mire) consigue que Argos, la querida mascota de la familia, sufra un terrible "accidente".
La preocupación de los padres empieza a crecer en este momento(sobre todo la de Carlos, que parece mantener una constante lucha de poder con Nicolás), puesto que consideran que el accidente no es tal y que algo se esconde bajo esa fachada de niño perfecto (no nos engañemos: Nicolás cumple a rajatabla el decálogo de niño estudioso con buenas notas, ordenado, que cuida de su hermanita,...pero hay tras él cierta tiranía, un comportamiento frívolo y distante, calculado hasta el más mínimo detalle). Nicolás no deja nada al azar: todo se encamina bajo una ejecución perfecta en la que él es dueño y señor. Carlos y Coral, los padres, deciden acudir a Julio, psicólogo infantil, tratando de encontrar una solución ante el desconcierto de las nuevas "aficiones" de Nicolás. Será entonces cuando se ponga en marcha el engranaje entre doctor y paciente mediante partidas de ajedrez, en las que deberán mostrar sus tácticas con tal de lograr sus objetivos. Objetivos que implican a todos los mienbros de la familia, la de unos (Carlos, Coral, Nicolás y la pequeña Diana) y la de otros (Julio y su sobrina Laura y la madre de ésta, Patricia), en las que se desvelarán secretos, viejos sentimientos saldrán de nuevo a la luz y surgirán sospechas que pueden desencadenar en hechos trágicos y acusaciones que pondrán a prueba los lazos familiares.

Con todo ello, Ignacio García-Valiño, desde su experiencia como escritor y psicólogo, nos presenta una historia dramática, un thriller en el que el ritmo endiablado se transmite desde su protagonista a todas y cada una de las frases que componen la novela, hasta su nada esperado y sobrecogedor final.
Una novela que os hará recapacitar sobre el origen de la maldad, que os atrapará en un tablero sin aparente escapatoria y que conseguirá manteneros enganchados durante, al menos, cuatrocientas cuarenta y seis páginas.






Disfrutadlo


Moira

2 comentarios:

  1. Se ve una lectura dura... y no lo es para menos, reflejar esa maldad en un niño... y es algo que existe, no nos engañemos y quizás sea eso lo que lo haga todavía más duro. Me ha llamado muchísimo la atención, además, no lo conocía, así que gracias por la reseña ;)

    Besitos
    Carmen

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  2. La verdad es que sí, es bastante dura, y sobre todo hay un momento crítico en el que te aseguro te dan ganas de darle una lección a uno de los personajes.
    Nicolás es todo un demonio calculador, que consigue embrujarte, haciéndote creer a pies juntillas su inocencia. No caigas en sus redes.

    Gracias por tu comentario.


    Besitos
    Moira

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